Una mala experiencia vivida por Deborah Persaud, presidenta de la organización de los derechos de las personas con discapacidad “Transport for All”.
Ha puesto de manifiesto los desafíos que enfrentan las personas con discapacidad en el ámbito del transporte público. Deborah, quien es ciega y viaja con su perro guía, fue abandonada en la acera por un taxista que se negó a transportarla, alegando una supuesta alergia.
A pesar de haber reservado el taxi con antelación y de haber informado sobre su necesidad de viajar con un perro guía, Deborah se encontró sola y con su equipaje en Dalston, Londres.
Esta situación no solo resulta frustrante, sino que también resalta un problema sistémico que afecta a muchas personas con discapacidad en su vida cotidiana.
Deborah expresó su decepción, señalando que este tipo de incidentes son comunes y generan un impacto significativo en la vida de quienes dependen del transporte para trabajar y participar en la sociedad. “¿Por qué mi tiempo es menos valioso que el de los demás?”, se preguntó, enfatizando la necesidad de un cambio en la mentalidad y en las políticas de transporte.
Luego de presentar una queja, el taxista fue llevado ante los tribunales por violar la Ley de Igualdad.
Eren (el taxista) compareció ante el tribunal el 8 de enero, donde se declaró culpable de infringir la Ley de Igualdad al negarse a transportar a un pasajero acompañado de un perro de asistencia.
Desde Addison Lee, se ha reconocido la falta de comunicación en este caso y se han ofrecido disculpas a Deborah. Sin embargo, es fundamental que se implementen soluciones efectivas para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro.
Deborah hace un llamado a todos los profesionales y empresas del sector del transporte para que reflexionen sobre cómo pueden contribuir a la creación de un entorno más inclusivo. La accesibilidad no es solo un derecho, sino una necesidad para construir una sociedad equitativa.
Este caso representa únicamente uno de los numerosos incidentes que ocurren a diario. Es imperativo que las empresas de transporte y las autoridades competentes implementen medidas adecuadas para asegurar un servicio accesible y libre de discriminación.

