La Cámara de los Comunes del Reino Unido aprobó la despenalización del aborto en Inglaterra y Gales en una votación histórica. Con 379 votos a favor y 137 en contra, el Parlamento decidió eliminar la criminalización penal para las mujeres que interrumpan su embarazo fuera de los plazos legales, como en casos posteriores a las 24 semanas de gestación.
La iniciativa se presentó como una enmienda al proyecto de ley sobre delincuencia y policía. Fue impulsada por la diputada laborista Tonia Antoniazzi, quien señaló la urgencia de reformar una normativa obsoleta y de origen victoriano. Durante el debate, expuso el caso de Nicola Packer, arrestada tras un aborto espontáneo en su domicilio a las 26 semanas de gestación, sin ser consciente del tiempo de embarazo. Antoniazzi subrayó la necesidad de un enfoque basado en apoyo y protección, no en penalización.
Heidi Stewart, directora ejecutiva del Servicio Británico de Asesoramiento sobre el Embarazo (BPAS), que ha promovido esta reforma desde 2016, calificó la votación como un momento clave para los derechos de las mujeres. Destacó que la aprobación evitará que mujeres sean investigadas o detenidas tras abortos espontáneos, o separadas de sus hijos por la legislación vigente.
No obstante, la despenalización del aborto en Inglaterra y Gales aún debe superar etapas en el proceso legislativo, incluida la revisión y aprobación por parte de la Cámara de los Lores, antes de convertirse en ley.
En la misma sesión se presentaron dos enmiendas contrarias. Una, impulsada por la diputada laborista Stella Creasey, proponía eliminar la prohibición al aborto de la Ley de Delitos contra las Personas de 1861 y reconocer el acceso al aborto como un derecho humano. Esta propuesta no fue sometida a votación. Otra enmienda, presentada por la parlamentaria conservadora Caroline Johnson, buscaba restringir el uso de píldoras abortivas enviadas por correo y exigir consultas presenciales. Fue rechazada con 379 votos en contra y 117 a favor.
Este avance legislativo representa el mayor cambio en la regulación del aborto en Inglaterra y Gales desde la Ley de Aborto de 1967. Refleja un giro hacia una mayor protección de los derechos reproductivos.